Ergonomía visual
Cuando hablamos de ergonomía visual nos referimos a la adecuación del entorno de trabajo, con el fin de conseguir las condiciones ideales para mejorar el confort de nuestros ojos, optimizar su rendimiento y evitar la fatiga visual.
Una ergonomía visual deficiente puede contribuir a la aparición de síntomas como: dolores musculares, enrojecimiento de los ojos, visión borrosa, sequedad ocular, picor, migrañas o lagrimeo, especialmente al realizar tareas que comporten una cierta exigencia visual como la lectura o la escritura, o el uso de pantallas o dispositivos digitales.
Además, con el uso prolongado de dispositivos digitales como ordenador, tablets, teléfonos móviles y consolas, los ojos hacen un gran esfuerzo acomodativo obligados a enfocar a corta distancia con mucha más frecuencia y sometidos a emisiones de luz azul-violeta, perjudicial para la retina. Esto es lo que conocemos como Síndrome Visual Informático.
Veamos cómo podemos modificar nuestro entorno de trabajo o estudio y que pautas debemos seguir para mejorar las condiciones que precisan nuestros ojos.
Presta atención a la iluminación, una óptima iluminación mejora la capacidad visual. Debe tenerse especial cuidado en la colocación y distribución de la fuente de luz, que nunca deberá ser excesiva, ni crear sombras o reflejos en las pantallas. Es importante disponer de una luz en el techo y otra que enfoque a la actividad que realizamos.
Mantener una postura correcta es importante, no sólo para evitar problemas musculoesqueléticos, sino para lograr una mejor visión. Es aconsejable disponer de una silla regulable que nos permita mantener la espalda recta y los pies apoyados en el suelo sin cruzarlos.
Mantén la pantalla a una distancia de en torno a 60 o 70 cm de tus ojos, la zona superior de la pantalla debe estar a la altura o algo por debajo a la de los ojos y la ubicación debe ser perpendicular a las ventanas. Delante provoca deslumbramiento y de espaldas provoca reflejos.
Cuando estamos concentrados en un trabajo, los párpados se mueven menos con lo que el ojo se reseca, esto provoca enrojecimiento y dolor ocular. Para evitarlo recuerda parpadear con frecuencia.
Recuerda hacer descansos frecuentes para ayudar a los ojos a relajar los músculos. Realiza al menos 2 pausas cada hora, levántate de tu puesto y enfoca a un objeto lejano, mira por la ventana o bien dirige la vista lo más lejos posible.
Por último, el descanso es fundamental, duerme un mínimo de 8 horas al día y mantén una dieta equilibrada combinada si es posible con ejercicio físico al aire libre.